miércoles, 14 de enero de 2009

Dios está en los detalles… y el Diablo también

Dedicado a ese cronista y notario, docto y experimentado en todas las materias. El único Maestro Biensabidillo.

(Derecho de Peaje: En la autopista México – Pachuca tres individuos “echadores de aguas” improvisaron un pequeño retorno donde cobran una cuota de cinco a quince pesos por dar vuelta en U sobre el camellón, y nadie, nadie les dice nada. Mire que ya empiezo a ver más clara y viable mi idea de poner una casetita de cobro en el paso a desnivel de Cinco de Mayo…)

Curioso lector, o desaliñado, que no importa más lo uno que lo otro para efecto de este articulejo. Este link http://www.eluniversal.com.mx/notas/567346.html
contiene las admirables y estupendas proposiciones, en que usted podrá escoger la maravilla que quisiere gozar. Y no le espante el prodigio que ofrecen estas promesas, que todas serán cumplidas por misterio, digo, ministerio presidencial.

Puede dar cuenta, de la lectura atenta a estos veinticinco puntos, que simplemente consisten en un catálogo de buenas intenciones. Se trata de proposiciones imperfectas. Todo se propone, pero no se explica nada, ni cómo ni cuando. Después de terminar de leer, pensé en ese viejo proverbio que dice “Dios está en los detalles… y el Diablo, también está en los detalles” y eso es lo que yo y muchas personas quisiéramos conocer a fondo.

No sé si lo he omitido, pero no noté que en alguno de estos puntos se mencionara el tema de la educación en México, ni de la cultura. En todo este acuerdo no se habla de una propuesta real de educación básica, media y superior accesible a todas las personas que lo deseen, aunque no tengan dinero, una educación de alta calidad académica. No habló del apoyo a eso. De la cultura ni se diga.

La solidez cívica, la educación y la cultura son factores primordiales en el desarrollo económico de un país. El Acuerdo por la Economía Familiar y el Empleo enuncia medidas generales que tienden a abatir la grave crisis económica por la que atravesamos, pero no se preocupa por lo primario, esto es, derribar los muros construidos por la pobreza intelectual: académica y científica. Nuestro país requiere invertir en grandes cantidades de educación para después poder invertir en su producto que es el capital humano. La educación no es un bien de consumo, es una necesidad social que nos convierte en seres más receptivos a los requerimientos socioeconómicos de nuestra comunidad y más capaces al momento de crear y adoptar mecanismos que conserven y desarrollen nuestro bienestar, como el mejoramiento de los sistemas de producción y el aprovechamiento efectivo de nuestros recursos económicos y naturales. Es claro que estos factores, si bien son determinantes, no son los únicos que deben considerarse a efecto de un desarrollo económico sustentable. Con esto quiero decir que la mayor problemática que vive nuestro pueblo está relacionada, en efecto, con una cuestión cultural que es, irónicamente, una férrea resistencia cultural a la educación. Como diría Benjamín Franklin: La pereza viaja tan despacio que la pobreza no tarda en alcanzarla.

El día en que se firmo el acuerdo, muchos autos de lujo se encontraban estacionados en las inmediaciones del Salón Tesorería de Palacio Nacional, en espera de los representantes de los sectores empresarial, social y político del país. Empresarios, líderes sindicales, burócratas, políticos y similares, aplaudían su propia generosidad. Hace siete días comenté que la clase política dispone del presupuesto más grande en toda su historia. Con semejantes recursos no creo que la administración pública tenga mayores problemas durante todos los días de la crisis que no sabemos cuánto durará. Congelar los precios de energéticos resulta una acción inteligente, casi mágica, pero no resuelve, a estas alturas, los problemas de las familias que ya han quedado decapitadas económicamente. Se dejó pasar mucho tiempo.

El Secretario de Hacienda dictaminó que es imposible reducir los precios en gas doméstico y gasolinas, y que tampoco se dejará de aplicar el IETU, justificando su negativa en “la salud de las finanzas públicas”. ¿No cree usted que la salud de las finanzas públicas deberían ser reflejo de la salud económica de empresas y familias? Esta muestra de de insensibilidad y ceguera me recuerda una frase de Gandhi: Todo lo que se come sin necesidad, se roba al estómago de los pobres.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Macetón Columnista, ahora, como diría Mario Moreno "ahí esta el detalle", pues "le dio al clavo", ya que siendo la más grande artimaña del demonio el hacernos creer que no existe, hoy, lo ha descubierto, en la omisión vocación a la EDUCACIÓN Y LA CULTURA, por parte de quienes se presumen, tan sabios.

Ahí esta el demonio!, ahí!... en esa omisión. Pero, seguramente aquellos que saben más por diablos que por viejos (por que hay que ver el promedio de edad), diseñaron ese documento previendo mantener el que ha sido el mejor y más antiguo "negocio" de México y otras latitudes: La ignorancia.

"Lo peor de la ignorancia..es que.. a medida que se prolonga, adquiere confianza".

Pero, ¿que esperar de quiénes teniendo como mandato el cumplimiento de los derechos públicos subjetivos (en especial el del artículo 3o) contenidos en la Carta Magna se dedican a publicar promesas en, sus aliados, medios de comunicación?

¿Pensarán que "gobiernan" a una serie de millones de aves fenix? No encuentro causa, motivo o razón que explique el aplauso, publicación, anuncio o gritería que se da a lo que de suyo debería de ser.

Agradezco las letras que escribió Usted y que leí en mi desaliñado tiempo, pues nos lleva a reflexionar sobre lo que debiera saberse, sobre lo que se sabe mal, y sobre lo que ni debiera saberse.

Ah! Y ojalá nos siga "echando aguas" en esta autopista... Lo veo en la caseta de 5 de mayo.

Q

Anónimo dijo...

Bueno, tal vez cobrar en 5 de Mayo reduzca el tráfico de por ahí. :)

(¿Más mediocre? ¿o lado bueno?)